Aunque parezca sorprendente, una de las formas de exclusión más extendidas en el mundo es también una de las más silenciadas. El edadismo es la discriminación contra las personas por su edad, y afecta a todas las naciones sin hacer distinciones.
Durante los últimos años se ha experimentado un gran activismo social para concienciar sobre diferentes causas. Diversos movimientos han tomado la iniciativa para luchar contra el racismo, para defender la igualdad de la mujer, o para alertar sobre la gravedad de no cuidar el medioambiente. Además hay que reconocer que uno de los mayores impulsos de dichos movimientos provienen de las generaciones más jóvenes.
Sin quitar el valor de esos movimientos, cada vez son más las voces que advierten sobre otra de las lacras que afectan a la sociedad moderna, la de apartar a sus mayores a un segundo plano. Una forma de exclusión universal y que suele banalizarse. Movimientos como #OldLivesMatter se han convertido en la punta de lanza para poner fin a la discriminación por la edad.
Un problema agravado por la Covid-19
El colectivo de las personas mayores se ha visto atacado especialmente por la Covid-19. Desde el comienzo de la pandemia se ha podido comprobar que los efectos del virus les ha afectado de múltiples formas.
Por si las cifras de mortandad entre los mayores no hubiese sido lo suficientemente alta, el propio miedo ha llevado a la toma de decisiones sin contar con ellos. Desde los ejemplos más dramáticos, como el de no aceptar a ancianos en las urgencias por falta de camas, hasta otros más involuntarios. Como por ejemplo una creciente sobreprotección que les ha sometido a un especial estrés, al miedo y a la soledad.
En este sentido habría que reconocer la acción de muchos agentes sociales, sanitarios y organizaciones. Una de sus principales peticiones ha sido la de recordar que la respuesta de la de sanidad pública frente a la Covid-19 tiene que basarse en los derechos de las personas mayores. En tener siempre en cuenta su opinión y sus necesidades.
Estereotipos que no reflejan la realidad
Que la edad se convierta en un motivo de discriminación no solo da forma a un estereotipo dañino para las personas mayores. Además es un gran error por parte de la sociedad, ya que juega en contra de su futuro.
En DediCares ya hemos comentado en otras ocasiones que no contar con la opinión y la experiencia de las personas mayores es desperdiciar el conocimiento de una gran parte de la sociedad. Más en un momento en el que son muchos los países que están experimentando un envejecimiento de su población. Eliminar a esas personas de la toma de decisiones va en contra de sus derechos.
Las mismas personas mayores -de igual forma hombres que mujeres- están dando ejemplo a diario de lo alejados que pueden estar esos estereotipos sobre la vejez. Un buen ejemplo es el del alpinista Carlos Soria, que a sus 82 años se prepara para subir un ochomil como homenaje a las personas mayores en la pandemia.
Si estás preocupado porque algún familiar, que viva cerca o lejos de ti, pueda sentirse solo. O si crees que puede necesitar acompañamiento profesional, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.
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