La enfermedad mental progresiva del cerebro más conocida, Alzheimer, se ha convertido en una lacra en España. La Sociedad Española de Neurología estima que más de 800.000 personas en nuestro país padecen esta enfermedad, constituyéndose, por tanto, como la principal causa de discapacidad en personas mayores.
El Alzheimer se produce por la pérdida progresiva de neuronas cerebrales y por una disminución de la masa cerebral. La pérdida de memoria, la alteración en el lenguaje, la disminución del sentido de la orientación y las dificultades para la organización de tareas son los síntomas más evidentes.
Esta enfermedad no tiene cura pero existen tratamientos que la ralentizan. El diagnóstico precoz y el tratamiento adecuado puede estabilizar al paciente los primeros años retrasando la evolución de la enfermedad durante un tiempo y proporcionar una mejora en la calidad de vida del enfermo.
Se hace imprescindible, por tanto, reconocer los primeros síntomas del Alzheimer y con ello paliar, sobre todo en la fase inicial, el deterioro cognitivo y físico del paciente.
Es verdad que hay síntomas que inicialmente pueden pasar desapercibidos, no tenidos en cuenta o quizás ser confundidos con otras enfermedades (depresión, stress, Parkinson,…) pero, a continuación, se detallan las señales de alerta que nos pueden avisar de la necesidad de acudir al médico.
PRIMEROS SÍNTOMAS A TENER EN CUENTA EN LA APARICIÓN DEL ALZHEIMER
- No recordar información reciente (olvidarse de algo que acaba de suceder).
- Desorientación en lugares o sitios conocidos.
- Problemas con el lenguaje (no poder encontrar la palabra exacta).
- Dificultad para calcular las distancias (problemas de orientación espacial).
- Perder interés por actividades que antes se realizaban con entusiasmo.
- Dificultad para reconocer lo que se percibe (percepción visual, auditiva o táctil).
- Mostrar menos preocupación por la higiene personal.
- Manifestar cambios de humor o en el estado de ánimo.
- Perder objetos personales importantes de forma muy frecuente.
- Problemas para completar las tareas cotidianas.
No tienen por qué aparecer todos los síntomas y no todos los pacientes manifiestan la enfermedad de igual forma. El deterioro es progresivo y la dependencia irá aumentando. La Sociedad Española de Neurología estima que entre el 30 y el 40 por ciento de los casos de Alzheimer estaría sin diagnosticar.
¿QUÉ PRUEBAS SE REALIZAN PARA DETECTAR EL ALZHEIMER?
Los médicos especialistas serán los responsables de diagnosticar si sufre de esta enfermedad, a través del estudio de los síntomas, del historial clínico y la realización de otras pruebas para evaluar el deterioro de la memoria. Además se le realizará un análisis de sangre, un scanner cerebral y una resonancia magnética, al fin de ofrecer un diagnóstico correcto y descartar otras patologías.
Aunque el Alzheimer no tiene cura y es difícil realizar un diagnóstico precoz de la enfermedad, es recomendable adoptar hábitos de vida saludable para prevenirla: alimentación saludable, actividad física, actividad cognitiva, no fumar, reducir el consumo de alcohol, factores de riesgos, todos ellos, relacionados con nuestro estilo de vida, sobre los que podemos incidir directamente y que pueden hacer retrasar la aparición de la enfermedad.
En las etapas finales del Alzheimer se hará imprescindible la asistencia de un cuidador para la realización de las tareas cotidianas: vestirse, comer, bañarse, e incluso, andar. El paciente de esta enfermedad, con el paso del tiempo, irá viendo disminuida su autonomía y se hará más dependiente del cuidado externo. ¿Necesitas la ayuda asistencial de un profesional para atender a un familiar que padece esta enfermedad?
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